¿Me compro unas zapatillas de running con placa de carbono?
La respuesta más rápida y directa sobre si comprarte o no unas zapas con placa de carbono es: si tu ritmo de carrera es inferior a 4,30 min. el km, si les puedes sacar rendimiento.
Si vas más lento no te van a servir de mucho.
¿Porqué están triunfando tanto hoy en día?
Porque a diferencia de las zapatillas voladoras clásicas, las que llevan placa de carbono tienen una mediasuela más maximalista que da amortiguación.
Así que aparte de ser mucho más reactivas, hacen que no se acumule tanta fatiga en tus piernas, sobre todo en los gemelos. Y este beneficio lo notarás la final de la carrera y en la recuperación del día siguiente.
Los materiales usados para el upper también te ayudan a correr más rápido. Aunque tengan un aspecto de ser materiales muy plásticos, su ajuste y sujeción es mucho mayor y más eficiente que el de la malla técnica tradicional. Te permiten hacer giros con total seguridad, manteniendo al pie muy bien cogido en todo momento.
¿Cuáles son los inconvenientes de las zapatillas con placa de carbono?
Las zapatillas con placa de carbono son unas zapatillas de running de competición pura. Así que su durabilidad es menor y van a perder partes de sus propiedades mucho antes que el resto de zapatillas.
Las partes de las zapatillas que más propiedades perderán son: suela exterior, la espuma de la mediasuela y la propia placa de carbono.
Son unas zapatillas para asfalto. Ya que, en las competiciones oficiales en pista, la Federación publica listas con los modelos de zapatillas autorizadas para competir. Y normalmente solo se permiten las zapatillas voladoras clásicas, más minimalistas.
Hay algunas diferencias entre marcas. Las características y resultado de Nike y adidas son muy similares. Pero en cambio las Hoka “funcionan” de forma distinta. Así que debes informarte antes de cómo te van a responder, para que no te lleves una decepción.
Son unas zapatillas totalmente técnicas y por ello no son aptas para todos los corredores. Y además, según cual elijas y dependiendo de tu técnica de carrera, el correr con ellas puede provocar patologías.
Diferencias entre marcas
Las zapatillas de Nike con placa de carbono tienen estas características:
Son muy reactivas y te hacen correr mejor.
Te cambian tu tipo de pisada, “obligándote” a pisar de metatarso, haciendo tu carrera más eficiente.
La capacidad de recuperación de la espuma de la mediasuela te sorprenderá.
Vaporfly Next% 2: Drop: 8 mm (talón: 40 mm / antepié: 32 mm). Y el compuesto de la mediasuela para la amortiguación es Zoom X
Las zapatillas de adidas Adizero Adios Pro tienen una respuesta muy similar a la que hemos comentado antes de Nike. La diferencia a favor es que dan una pisada más estable.
De esta zapatilla salen a la venta muy pocos pares, así que cuando salgan las Adizero Adios Pro 2 y veas tu talla, no te lo pienses y cómpralas, porque vuelan.
Adizero Adios Pro: Drop: 8,5 mm (talón: 39 mm / antepié: 31,5 mm) y el compuesto de la mediasuela para la amortiguación es LightStrike Pro.
La placa de carbono es normalmente una única placa continua pero en el caso de Adidas: no!. Son los EnergyRods, que son unas varillas de carbono debajo de cada metatarso además de una placa situada en el talón.
Respecto a las zapatillas de Hoka con placa de carbono:
No modifican tu pisada. O tienes una buena técnica de carrera o no te van a ayudar mucho a correr más rápido.
Te puede pasar como con las zapatillas voladoras clásicas. Que si no tienes ese nivel de técnica, puedes sobrecargar excesivamente la musculatura de las piernas. Y ello puede derivar en patologías.
Carbon X2: Drop: 5 mm (talón: 32 mm / antepié: 27 mm) y el compuesto de la mediasuela para la amortiguación es Hoka Profly. En el caso de las Hoka el drop es casi el de las voladoras clásicas, por ello es necesario tener esa buena técnica de carrera.
La explicación de cómo funciona la placa de carbono
La placa de carbono sirve únicamente para tener una zapatilla más reactiva. La amortiguación de la zapatilla no tiene nada que ver con ella.
Efecto ballesta: en cada paso con la suma del peso corporal del corredor y la fuerza de la inercia, se genera un efecto rebote, gracias al cual con menos energía conseguimos más propulsión.
Cada vez que apoyas el pie en el suelo, tanto en corriendo como andando, se acumula energía en la placa. Y ésta se libera en forma de resorte, igual que se libera en una ballesta al disparar. Así el despegue del pie se produce de una manera más eficiente y rápida, con menos gasto de energía y con más potencia.
Según donde esté colocada la placa hará que tengamos un efecto u otro al correr.