La fascitis plantar no debe ser un motivo para dejar de correr cada día. Conoce su origen, como prevenirla y como tratarla.

¿Cuándo aparece?

La fascitis plantar suele aparecer por no tener una pisada adecuada a las características de la pisada del runner, por tener un arco demasiado pronunciado, usar una zapatilla inadecuada, al pasar de utilizar calzado con mucho talón a uno más plano o simplemente al aumentar el kilometraje de forma notable.

Si se tiene una pronación exagerada, si se pisa de metatarso de forma continua o si no se estira la zona adecuadamente, tarde o temprano dará la cara. Normalmente esto carga la fascia plantar que es la superficie del tejido conectivo que va desde el talón hasta la base de los dedos.

La fascia plantar está hecha de colágeno que es una proteína de cualidades no muy elásticas. Cuando esta se “sobreestira” puede desgarrarse mínimamente dando lugar a la inflamación y dolor que se sufre con esta habitual lesión entre corredores.

Los síntomas más comunes para reconocer la fascitis plantar son dolor muy agudo a lo largo del arco plantar. Este dolor es muy molesto. Y suele dar la cara tanto cuando se está en reposo como cuando se realiza un mínino ejercicio como es andar pero se minimiza cuando la zona se calienta adecuadamente.

 

 

Prevención y tratamiento de la fascitis plantar

Para prevenir la fascitis plantar es aconsejable pasar a correr sobre superficies blandas, disminuir el kilometraje a la semana, y sobre todo acudir a un profesional. En tu tienda especializada en Running puedes saber si estas usando la zapatilla de Running adecuada a tus características corporales y las de tu pisada.

Es muy importante realizar ejercicios de estiramiento específicos para estirar la fascia plantar y del tendón de Aquiles. Los profesionales suelen recomendar hacer masajes en la zona. P.ej. haciendo rodar una pelota pequeña y dura bajo el pie, y aplicando hielo para evitar que la inflamación vaya a más.

Los podólogos deportivos aplican tratamientos ortopédicos, entre otros, para tratar la fascitis e intentar “soportar” arcos hiperpronunciados.

Más allá de los remedios caseros -que sólo dan resultado si la fascitis es incipiente- recomendamos consultar con profesionales médicos.

 

 

Mejor prevenir que curar

No es una lesión grave pero suele impedir mucho nuestro habitual ritmo de entrenamiento.

No pierdas tiempo y ponle remedio lo antes posible. Cuanto más tarde acudas a tu tienda especializada o al podólogo, si es que no remite el dolor, más tiempo tendrás que invertir en tu recuperación.

«prevenir es salud»

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